Caerá un verso como rosa clara
y transparente cual tu alma, Reina,
triste de inspiración y de poesía,
lleno de melodía pasajera.
Era una tarde en cuyo lento hastío
lamentaba a mi vida la tristeza,
mas vino a mí como luciente risa
el recuerdo especial de tu presencia.
Estrechas manos de amistad surgieron
de momento en mi huida primavera,
manos de juventud, manos las tuyas
de niña, amiga, hermana mía Reina.
Tu nombre al paso de mi verso invoco
como ligero renacer de ciencias
de la creación, lo que dejó el olvido
en su afán de agotada transparencia.
Tranquilidad, en esta tarde, hermana,
todo el sentido fraternal acepta
de mis palabras sin inanidades,
estos versos amigos que te llegan.