Margarita hermosa,
abrió; como llave,
y cayeron pétalos,
diciendo, ¡adelante!.
Me contó habladora
amores del parque,
desde un verde banco,
sobre almas y enlaces.
De abrazos re-vivos,
dulces y excitantes,
me habló de la siembra,
del sueño loable,
dijo que el invierno,
es sólo un pasaje,
que el amor te llega,
hasta sin llamarle.
Déjame quererte.
Déjame besarte,
a estos, mis besos,
no debes negarte,
portan ilusiones,
que tu deseaste,
quiméricos sueños;
sanos y vitales.
Globos, bicicletas,
alegres pasares,
y también motivos,
tiernos y cabales.
Déjame cogerte,
quiero yo entregarme,
y en tu limpio aroma,
siempre cobijarme.
En tu compañía,
olvido los males,
que asolan, del hombre,
cuerpo y alma, a pares.
Eres luz: mujer.
Jana, eres mi ángel.
De esta tierra; abono.
Del agua; las sales.
Del cielo; un cometa,
cual me resta edades.
A tu lado asoman,
crecen, los rosales,
rosas sin espinas,
surgen, cubren valles,
y tristes vacíos,
dejan de acosarme.
Hilo fino lino
y algodón suave,
quiero que tu ropa,
roce siendo amable,
pero, que sin ella,
me des tus frutales,
hoy, me siento hambriento,
de tus minerales,
bríndate desnuda,
dame apasionantes,
horas de lujuria,
del ardor, su empaque.
Mi persona encuentre,
tus montes y mares,
báñese en tu esencia,
dé, esta unión, maizales.
Al amar sujeto,
un dúctil alambre,
nunca el frío hielo,
que quema paisajes.
Mi alambre sostiene,
arte maleable,
un jardín de ensueño,
que quiero mostrarte;
arroyos y fuentes,
lagos, manantiales,
abetos y robles,
prados y bancales,
donde, higos y almendros,
dejan en el aire,
el mejor recuerdo,
¡paz!, que Dios la salve.
318-omu G.S. (Bcn-2013)