Ayer sentí que el mundo estaba de cabeza, que los días se fueron de mi vida como el agua de un río y las horas del tiempo se tatuaron en mi alma. Sentí que las hojas de otoño se las llevaba el viento y con ellas mis recuerdos. Porque al pasar por lo que he pasado, al dormir poco y sudar mucho, estar al punto del declive, solo llegue a entender, que jamás debí irme. Porque no sé qué te pasa, que cuando quiero verte no apareces, cuando te llamo no contestas, cuando te escribo no respondes. Si solo quiero saber de ti, únicamente porque me importas, porque te ganaste mi cariño y mi amistad, porque simplemente me enamore de tu sonrisa, de tu mirada, de tus tiernas manos que dibujan caricias en el mar y que detienen el viento y me quitan el respirar.