Habitado por sombras en desuso
torpemente deambula el inquilino
de ese sector oscuro del destino
que el consumo de años le dispuso.
No es éste el jubileo que él supuso,
de placer y descanso vespertino:
a sus seres queridos le es cansino
y en cualquier escondrijo es un intruso.
¡Qué triste la abstinencia de ternura
que siguen los que adora desde críos!
¿Habrá para ese mal alguna cura?
Ovillando ausencias y vacíos
esta tarde lastima mientras dura
y el abuelo gasta sus pocos bríos.