Tan desilusionada de la vida me despido eternamente. Este dolor me mata lentamente hasta dejarme sin ilusión. La vida, oh que vida, tan simple, tan hermosa, tan entregadamente tu vida. Alhaja de condición, mía, hermosa aurora de mis pensamientos has desalojado cada suspiro que habita en mí. Tu, mi querida alhaja, has desboronado cada elemento de mi corazón; lo has invadido, anidando en él tu amor. Oh fin tardío que jamás llego con el alba; desamparaste los sueños forjados por nuestras almas, almas al fin que ya no cantaran a futuros labrados en nuestras pieles. Te he sentido por última vez en mi cama, tan helada desde que no estas, delicada alhaja que ha creado mi condición. Esta la última poesía que te entrego guárdala para siempre, porque siempre estaré pensándote, amándote, esperando a que la circunstancia vuelva a ser la condición. Adiós mi alhaja de condición, que la vida sea noble con tus sentimientos, porque los míos ya te los entregue.