Llore travieso sobre tu piel
de plumas nacaradas
y salieron palabras inocentes
de mi mente turbadas por locuras
y en paredes sórdidas trenzaré, mi vida
renovando ilusiones.
Las niñas harapientas
ansiadas de dolor
todas compran un corazón
tras la columna del odio y el rencor
cual mudo testigo
viajare a tu lado al absurdo
mundo sin contenidos de pasión…