Gerardo Barbera

FIESTA NOCTURNA


FIESTA NOCTURNA

 

*

La noche de blancas espumas,

alas invisibles, flores caídas

 fugaces carcajadas,

 aromas salvajes del placer,

rostros de payasos entre mis manos,

ladridos lejanos del viento,

ojos de miradas vacías,

 música de rosas clandestinas,

seres escondidos entre las copas,

licores de amarguras nocturnas,

llueven gotas de rojas mariposas ,

mujeres  sobres las estrellas,

besos de luces azules

 dormidas bajo la luna

 rostros de oscuras bellezas.

 

**

Naufragio de hojas secas,

horas que se humillan con el tiempo  ,

las últimas pisadas de un viejo,

traje nuevo, perfumes,

tristezas lejanas,

la vida es recuerdo.

las manos ausentes,

las sombras que hablan ,

 surgen  burbujas delirantes,

se esfuman los años nuevos,

se van muriendo en las nubes

con sus alas triste

en silencio,

parece que se burlaran

del fuego más intenso,

apagando las flores de la vida

que de a poco van muriendo.

 

***

 La mirada de la anciana,

la que nadie puede ver,

 todos dicen que la invento,

que es el alcohol delirante,

la veo desde hace años,

 de noche, en la cama,

en la almohada, en el baño,

en mis sueños,

ahí, en esta sala,

en el aire que me toca,

en todas las miradas,

en lo más profundo del infierno,

todos bailan,

beben, cantan,

se ríen del loco,

tomo un trago,

hablo con el Otro,

nada importa la soledad,

la Vieja me mira

el cristal está roto.


****

¿Por qué esta sombra?

No entiendo la angustia,

 la serpiente  recorre mi garganta,

 el silencio me invade,

es…, como si Ella me llamara,

como si de pronto,

el cuerpo no fuese mío,

me siento  agotado,

no deseo  dormir,

tal vez…, vaya a la ventana,

encienda un cigarrillo,

me sirva una copa,

la última de esta noche,

 rostros que giran…, giran,

quiero estar solo,

esperar el amanecer,

tal vez un baño refrescante

me devuelva a la vida,

a esa vida alegre,

la que añoro,

 la que se va con la niebla…,

 poco a poco,

como el espacio,

 el tiempo, los años…,

como las esencias líricas

de un poema extraño

que se ha perdido en la memoria

 del rio solitario.

 

*****

Sé que Ella está sentada…, ahí

 en el rincón de mi cuarto,

esperando mi llegada,

ya no le temo,

la saludo, me desvisto,

caigo sobre la cama…,

y esos dedos,

los de la Vieja,

me cobijan,

Ella murmura algo,

apenas escucho,

  se retira a su silla,

amanece,

 se ha ido,

 pero ese olor a vestido viejo…,

volverá cada noche,

 hablaré con Ella

tal vez me cuente alguna historia,

se las contaré a todos

 cuando empiece el baile,

aunque digan que estoy loco.