Subo, bajo, río, lloro,
camino, corro, respiro y sueño
odio y amo, miro, entonces cierro los ojos
y te veo...
Figura grácil de belleza misteriosa
de andar seguro y mirada fuerte,
deslizantes labios sobre mi superficie extasiada
arrolladoras manos en mi interior sediento.
Deseos realizados en un instante de mágico adormecimiento,
donde cascadas de cabello negro enredan
los sonidos desfallecientes de placer oculto
y las miradas agonizan en el cielo de su despertar.
Aquí en la exorbitante distancia de tu presencia
te tengo en mis manos no sólo en esencia
el cuerpo mediante una gota de agua recorre la vida
y las distancias...
Perdidos en los límites que nos separan
nos unimos una vez más,
como siempre... como nunca
y el arcoíris de los deseos nos baña de colores radiantes.
Pero el instante termina y cierro los ojos del alma
abro los de la razón
y no te veo...
Aunque tu lápida desierta siempre estará
para recordarme el instante vivido
como siempre fue...
como nunca pudo ser...