Naima Andrea

EL ENAMORADO

Las palabras no le caben en la boca.
Todas intentan, locamente,
huir a tropezones, enrollándole la lengua,
tirándole un diente
(si?)
cerrándole la garganta
hasta convertirse en náusea.

Todas ellas impacientes, 
deseosas de huir con el aire
que le escapa de los pulmones,
de danzar entre el espacio de su boca
y aquella boca ajena.

Están felices, extasiadas.
Rebotan una contra otra
queriendo acaparar la escena.
!Que emocionante viaje les espera!

Todas quieren correr,
como caballos desbocados,
como salvaje estampida,
estrellarse contra ese otro cuerpo,
recorrerlo sin desvelo,
desde la punta de los pies 
hasta el ultimo cabello.

Enredarse entre las hebras
perfumadas de su pelo,
filtrarse por sus oidos 
y trastornar sus pensamientos.
Ellas quieren imprimirse
con fuerza en sus besos,
enamorarla lentamente, 
convertirse en sus recuerdos.

Estas palabras locas
en la boca de un enamorado,
(hombre poco cuerdo),
se le enredan en la boca,
se le atascan en la garganta,
luego mueren en silencio.