Sonido callado en la madrugada,
el techo, titilando con tus ojos,
arriba, el ojo del lucero quieto,
símbolo de mujer, me irradia luz.
Está dormido, escándalo mundano,
a las voces del alma, abre el pabellón,
dragón encerrado en el agua brama,
viaja en el viento, quedo escalofrío.
Mientras tanto, mi solitario paso,
hace llorar a los granitos de arena,
que se van separando, al dejar mi huella,
frente al coloso, vestido de noche.
Con rayos de plata que pinta la luna,
con la vista lejana, se contempla inmóvil,
momento de éxtasis amoroso,
no distingo, cielo y mar son uno.
Vivimos el lenguaje de las sombras,
cuando el barco, navega por tu mar,
ruído monótono, viene de afuera,
así lo percibe el oído sensorial.
Tan pronto, los pies empiezan su ritual,
los baños con arena, húmeda con sal,
después con agua que los pone fríos,
Trinidad aparece, ante los ojos,
playa, cielo y mar, un mismo espíritu.
Contaminación por el amanecer,
o el oído profundo se despierta,
donde los cuatro puntos cardinales,
van y vienen oleadas de sonidos.
Canta el mar, las arenas, las rocas,
habla la misma noche con el viento,
quizá ululan, señores de la luna,
que sienten la mañana y van a dormir.
Aleteos aplaudidos de parvadas,
que corren por el aire a la marisma,
y el chasquido de los besos que te doy,
llegan a tus playas, sedientas de amor.
Lenguaje del océano, más de noche,
cuando se desprende el alma, ya te busca,
mis olas chocan y se pulverizan,
en tu altiva montaña, antes de roca.
Con mis continuos viajes en el tiempo,
te fuiste convirtiendo en grava y arena,
son las voces de almas que se encuentran,
en la orilla de la playa con el mar.
Esta madrugada, vine a buscarte,
deje mi cuerpo, todos los sentidos,
se encontraron la arena con el agua,
acompañado, regresa el corazón.
EL POETA DEL AMOR. 02-02-13.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.