Hugo Emilio Ocanto

He llegado para amarte

-- Aquí estoy mi amor.

Sé que me estás esperando,

y ya he llegado

para brindarte nuevamente

mi corazón.

Quiero que coloques 

tu mano sobre él,

y que escuches su palpitar.

¡Sí, es porque estoy vivo aún,

gracias al Señor!

¡Vivo y enamorado!

Tener vida, amar y ser amado.

¡Tanta felicidad siento!...

¿Dónde estás?

Mi amor... mi avecilla...

aquí estoy...

¿no bajarás a recibirme?

Mira que hoy me siento

muy mimoso y quiero

que tú bajes...

no voy a subir yo...

Ah, amor, aquí estás...

¡Cuán bella eres!...

Sigue bajando,

dos escalones más...

¡Y a mis brazos!...

¿Cómo estás mi vida?

¡Cuántos deseos tenía de llegar!...

de estrecharte entre mis brazos,

como lo estamos haciendo...

Tengo un regalo para ti.

Cierra los ojos...

déjame colocarte mi presente

en tu divino cuello... así...

Abre los ojos y mírate

en el espejo.

¿Te agrada? te queda hermoso...

el collar de perlas 

que tanto deseabas,

ya es tuyo...

Y yo también soy tuyo...

¿verdad mi amor?

¡Qué labios calientes tienes!

Me haces recorrer por mi cuerpo

una especie de frío y fuego

interior a la vez.

¿Me amas?

Lo sé, vida mía, lo sé.

He llegado para amarte,

para que me ames...

Mírame a los ojos...

no dejes de mirarme,

sigue mirándome...

¡Oh,  amor, cuánto te amo

y te deseo!...

¿también tú?

Entonces subamos los dos

las escaleras, juntos...

Vayamos hacia nuestro 

lecho matrimonial,

y hagamos el amor.

He llegado para amarte.

Amémonos los dos...

Detén tus pasos...

quiero alzarte, subirte

en mis brazos,

como la primera noche,

¿recuerdas?...

Todos los derechosa reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 04/02/2013)