"Dios a veces me corrige,/ pero al expresar que te amo como lo sentí,/ ya no me retracto de lo que dije/ ni quiero borrar lo que escribí"
Sabes que no soy de los que rezo ni un Ave María
ni ando por ahí rezongando con cara de “yo no fui”,
tengo mi manera de hablar contigo que es muy mía
y sabes que es la manera que tengo desde que nací.
No me gusta darme golpes de pecho y pedir perdón
por pecados que yo a consciencia decidí cometer,
no sé si un infierno merezca o si hay alguna razón,
pero a un cielo sin culpas tampoco voy a pretender.
Tampoco sé si me oyes Tú o alguien en tu nombre
ni si lo que te digo merece ser por Ti considerado,
no olvido mi condición de mortal, de simple hombre,
así como de que eres Dios jamás me he olvidado.
Hoy no escribo esto para someterte a mis juicios,
tampoco soy quién para atreverme ahora a tal cosa;
soy yo quien en la vida peca, falta, tiene sus vicios,
pero sé bien que me la entregaste pura y hermosa.
Es sólo que ya me golpean fuerte ciertas injusticias
y mi entendimiento a veces tampoco llega a tanto,
he visto por delante de mí besos, sonrisas y caricias
y he notado cómo tantas alegrías acaban en llanto.
Sé que todo tiene una razón, para todo hay un motivo,
pero en ocasiones parece injusto que no lo sepamos,
no puedes culparme si existe dolor en lo que escribo
ni puedes molestarte porque quizá no te entendamos.
No voy a prometerte ahora ser bueno mañana ni hoy,
no es la hipocresía lo que en mis palabras impera,
prometo sólo seguir siendo el mismo hombre que soy,
que no cambia y es el mismo hombre que antes era.
Tengo mis preguntas, que no llegan a ser reclamos,
creo que ese punto Tú puedes muy bien entenderlo,
en el mundo siendo imperfectos y pecadores vamos,
aquí Dios eres Tú y nosotros no jugamos a serlo.
Perdóname si no está a tu altura lo que he escrito,
tal vez tenga alguna insolencia pero creo que es sana,
sólo tengo preguntas, el eterno eres Tú, el infinito
y yo podría tal vez morirme sin respuestas mañana.