Toco tu boca como el séptimo capítulo de Rayuela. Te sueño como ojos de perro azul con la diferencia de que te siento despertar en mis brazos. Te he hecho el amor como la primavera a los cerezos y todo el poema catorce se desliza en mis sentidos, sintiéndote más bella que el retrato de Dorian pero con el alma más hermosa aún. Eres para mí como lo es el olfato para Grenouille. No sé como sucedió. Quizás Táctica y estrategia lo tomo bastante en serio, quizás nunca pensé decirte adiós como en Ella que pasa o simplemente esto es amor eterno. Quiero caminar la utopía contigo, hacer posible lo imposible.
En resumen te beso como los versos de Cortázar, te sueño como los párrafos de García Márquez, te hago el amor como en los poemas de Neruda y te veo totalmente hermosa como en la novela de Wilde. Te necesito como El perfume de Suskind, te siento como las estrofas de Benedetti y quiero vivir contigo el ensayo de Galeano.
¿Amarte como las rimas de Bécquer? No, te amo como te estoy amando, como nosotros.