Apolo...¡Que impío es el amor!
Por la empatia que al sol tengo
que ni con su olimpica labor...
ni con su sangre de abolengo
o por su oracular mirada,
perpetua sangre celestîal...
de tu corazón sacó Nada!
Castalia! musa de lo astral.
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Desde el este hasta el oeste: Flora, Gea y musas;
su tórrido corazón, y bella luz pretenden
contemplar con pálidas y míseras excusas
que atenuen sus ancias que de cortos hilos penden.
Pero él en toda su basta y perspicaz rutina
no pudo enamorarse de mas bella golondrina
acción que hasta las mas indolentes bestias comprenden.
Y ella...la encantadora ninfa de pelo suelto
sin importarle muy poco que su corazón
de amor quedase absuelto...
de él huyó; y dijo: podrán no darme la razón
o hasta el infinito cansancio llamarme cruel
pero amor, si a probar no te doy la amarga hiel;
el poeta seras tú, y la poesia solo mia;
no podria haber mas mustia y amarga agonia
para las que de su amado esperan solo un verso.
Pero Apolo, sin maldecir su destino adverso,
exclamó: Hermes, Hermes!...Heraldo de los dioses!
Tú y tu leal sandalia
Ve y dile a toda voces:
Te amo... mi preciosa Castalia.
22 de Julio del 2012.