Desde hace quince años resucita en mí.
Volaría ya a su país.
Todos los placeres compartidos.
Estampas con altares.
Brillo en mis ojos detonado por su exquisitez.
Único.
Parámetro de lo absoluto.
Amor.
Hoy reaparecen los síntomas:
Los mismos signos que padecía Fermina Daza.
Indicadores que aluden al padecimiento.
Aflicción que acerca sensaciones y sentimientos magnos de aquella época.
Me detengo.
Análisis agudo. Reflexión minuciosa. Conclusión contundente.
Él caracteriza mi sumo esplendor.
Personaliza mi apogeo, ajeno a la linealidad de hoy.