quisiera de vez en cuando volver a ser inocente, poderme ahogar al menos un segundo en la ignorancia, para poder contemplar, para dejarme sorprender, para impresionarme y tener aquella sensación que se pierde entre tanto conocimiento, dejar de comprender y buscar, y simplemente permitir que aquello me maraville por su misteriosa naturaleza, entre más conoces, es más fácil esperar un resultado, se pierde el encanto por la duda, y se acaban las sorpresas.
Por eso me la vivo observando algo que nunca voy a comprender, que día con día me pone parámetros distintos y carece de constancia en sus acciones, nunca puedo calcular su siguiente paso, o compararle con el anterior, es por eso que no puedo separarme de ella, todo el tiempo me sorprende, me impresiona, me maravilla, y me tiene entre las cómodas y cálidas penumbras de la ignorancia.