La abuela está en silencio,
la luz se lleva las nieblas,
sentada en la silla de ruedas
contempla morir las estrellas,
mira con sus ojos dormidos,
su imagen te cubre la mente,
se lleva el rio para siempre
los amores perdidos
de los que siempre habla Ella.
**
Ahí está, con su vestido negro.
¡Cuántos años tendrá la noche!
La trajeron de lejos,
nació en las montañas,
en la oscuridad de los misterios,
sin techo, sin cama,
sombras espirituales,
entre rezos y leyendas,
sin esperanzas, sin alma,
sin canto de garzas,
sin campana, ni flores,
entre llanto y dolores
vieron los ojos la muerte,
¡abandonada a la suerte,
nació la abuela gitana!
***
No tiene arrugas en el rostro,
las manos de otro mundo,
la mirada fija,
penetrante, tenebrosa,
sentimientos profundos,
sus huellas temblorosas,
el cielo que la acecha,
el rumor de voces en la brisa,
el silencio que se esconde
entre el canto de las rosas,
ya es hora de la fecha
de la tierra, de la fosa.
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Va a dormir, está cansada.
tranquila en su silla,
despertará como siempre,
la llevarán al baño,
tomará la avena,
la muchacha irá con ella al balcón,
desde ahí, mirará las aves,
tomará aire fresco,
aliviará las penas,
le dirá a la muerte que espere,
mientras tenga sangre en las venas
no cerrará los ojos,
aunque duela el cuerpo,
vivirá cien años más,
venderá el alma,
tomará otro cuerpo,
con su maldición gitana,
como lo hizo antes,
cuando murió su hermana.