En una mirada se pierde la verdad
de una vida que conoce soledad,
en una sonrisa el miedo habita
y no deja que las palabras se transmitan.
Es el deseo apagado el que encuentra
la forma de volver una vez más,
y hace que abras la puerta
a una nueva y última posibilidad.
Obligado enfrentas tus miedos
y con lo justo los vuelves a vencer,
te lanzas a lo desconocido
rogando no volver a perder.
Pero hay algo que no tienes en cuenta,
y es que la historia se escribe de a dos.
La duda es la gran respuesta
al porque nunca comenzó.
Y vuelves a abrazar a la soledad,
desaparecer es la única opción,
pierdes lo que para tí era real
y lo que te quedaba de razón.