Un saludo cordial, apurado,
No basta para los amantes
Y tenemos que apagar las miradas
A los ojos de la gente,
¡Todas la noches no bastan…
Para llenarnos el alma del amor
Que nos late en la venas
Grande y preciso!
Por dentro, la sangre agitada nos quema
Amándonos desde la tierra al cielo
Envueltos en la piel del amor
Que hacemos nuestro.
Luego… la paz que sugiere el olvido,
Y no de este amor,
Más bien del que ansioso
Nos espera en casa.
Que asoma su cuerpo a la puerta
Por ver si llegamos y, suspira
La que alborozada corre al encuentro,
Sin preguntar nada.
Y le entregamos palabras vacías
Carentes de sueños,
Mientras otro que ya la saluda y espía,
Apático, cierra su ventana.
Delalma
05/02/2013 01:18:08 p.m.