Uno de esos días en que ya no se soporta el sentimiento que se ahoga en el pecho, se levantó, exhausto, aturdido, -“¿Que pasa conmigo?” se decía, “esto es un absurdo, ella no se fijaría en mí, ni siquiera si fuese yo el único hombre en el mundo”…”somos tan desiguales”…
Es un trabajador, un jornalero, lleva harapos viste de trapos sucios, rasgados, muy mal aspecto, como si fuese uno de los muchos bandoleros que al palacio ubicado al otro lado del pequeño río han querido tomar por asalto y secuestrar a su alteza…
Día tras día ideaba la forma de llegar al palacio y ver a la princesa, se había sentido desde hace tiempo de forma, muy extraña, había una vocecita en su cabeza que le susurraba “debe ser más hermosa ya de cerca”…inspirado en tal sentimiento y belleza empezó un día a escribir….
Jamás he visitado el palacio
tampoco le he mirado de frente
Jamás he cruzado por el patio
ni he caminado a través del puente
Siempre he contemplado a lo lejos
aquel castillo de arquitectura admirable
Su barbacana sus muros y perplejo
contemplo su bandera inexpugnable.
¡Cuántos ya han perecido en ti!
¡Cuántos valientes sucumbieron
Entre aquellos laberintos mudos
De las batallas que se dieron!
Pero como el ingenio vence fuerza,
estoy dispuesto sin espada en mano,
con la pasión que el amor refuerza,
a convertirme en principie o gusano.
Conquistar el palacio,
Traspasar sus puertas,
Adentrarse como un necio,
¡sin que nadie lo advierta!
\"Su majestad:
Soy un esclavo que implora piedad,
yo sé que, no podré entrar a menos
que su nobleza me lo concediera,
sólo sí quisieran dignarse verme sus ojos,
de mirar imponente, sea para vida,
y sino, aunque sea para muerte. . .\"
¡Sin verle, sin verle!
los muros no podrán impedirlo
porque el amor es mas fuerte.
¡Pensamiento satisfecho!
el camino tengo en frente
para llegar a su pecho.
Atráeme con tus hechizos que amarte
encantadora princesa yo quiero
y déja que tiritantes los luceros
me guíen para poder alzanzarte.
Hoy vengo resuelto oh muerte a tentarte,
pues se que ante ellos muchos sumbieron,
¡mala suerte! primero ellos me vencieron,
hoy vengo embriagado y voy a enfrentarte.
Porque he bebido del selecto vino,
aquel que ingresa lento, suavemente,
aquel que estremece hasta la muerte;
Así dispuesto enfrentaré al destino,
cuando ondeando el cabello pelirrojo,
descúbranme infraganti bellos ojos.
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