Destellos del corazón
Entre la muchedumbre de rostros y minutos que se han ido
y en las brisas frías de algunas tardes grises,
hemos olvidado a veces a que realmente hemos venido,
todo lo hacemos cotidiano, dulce y triste al mismo tiempo.
Milagrosamente, sin pensarlo y sin quererlo,
a veces nacen en nosotros, unos pequeños destellos,
que empiezan en una sonrisa,
se entregan en un abrazo y se van a dormir en los sueños.
Nacemos y vivimos en cada detalle entregado,
porque dormido estamos siempre
cuando no fluyen los sentimientos:
La bondad humana, el cariño, el gesto,
siembran en cada trocito un mosaico de espejos
que reflejan lo mejor del alma,
orgulloso, generoso y sin defectos.
Todo tuyo, de nosotros y de nadie
todo pasa como debe pasar el tiempo,
no se queda pero fluye en nuestras venas con afecto.
Lo que ha nacido de mi para ti en este día,
de un desconocido soñador despierto
es lo que realmente somos todos,
somos niños, somos caricia, somos inocencia
somos vidas sin nombres ni etiquetas
que olvidaron como sembrar destellos.