Aprendí a amarte
en los lugares que no recorrerán nuestra historia
ni la contarán
aquellos viernes de bailes crepusculares
en el ombligo de un gato.
Ya,
sobra decirte
te amo
te amo en las partes de un beso
en las partes de un dedo abstrayendo mi hombro
en las voces del humo , extinguiéndonos
En la luz intermitente de una alcoba
alquilada en domingo;
porque sí,
soy una \"amorosa\" huyendo del amor
y en sus antónimos
-sosteniéndolo-
A tu ausencia, la hice una respuesta de calendarios
a la poesía la hice una bendita mentirosa:
cómo miente ella cuando habla de nosotros,
cómo nos miente el tiempo cuando en los versos, se derrota.
Y no estás, en el único lugar que haces falta
fuera de mí
haciendo del silencio, el remedio exacto
preciso, y compacto
para hablarnos en las sonrisas inexactas
que nos da la vida, para seguir amándonos
para seguirnos en todas las atmósferas
posibles y paralelas.
Ayer el aire
nos devolvió al vientre
que nos engendró de soledades iguales,
nos devolvió el aliento para callar todo lo que sabíamos
para callar por un momento
y seguir creyendo en el reencuentro
porque sabemos que existe,
esa vida que nos vive, después de un adiós.
Sí, porque después del adiós
surgen nuevas despedidas.