guivel

PORFÍA

PORFÍA

 

Me corroe el alma,  todavía

el recuerdo de su piel mojada

el silencioso negro de su mirada

y el surco del cabello que descendía.

 

Y a pesar de todo, yo sabía

que lo dulce de sus labios rojos

y el tenue brillo castaño de sus ojos

 nunca más en mi ser tendría.

 

y entonces, escapé un día

perdido en las gotas del invierno

en busca del recuerdo que quería.

 

Y quedé perdido en el infierno

llorando de nuevo mi porfía

y tejiendo los recuerdos del averno.

 

Guivel