Yo lo que quiero es un color rojo en tu piel, que las arenas te bañen,
que brillen tus ojos y no por lagrimeo,
que el día siete y el ocho sean primero y aquel mes que no conocemos.
Grítame, dame de golpes; luego abrázame, dame otro golpe.
Mi léxico se redujo a: \"Te quiero\", porque te quiero; ¡pero no cantes!;
porque cantas horrible, ¡pero canta!, porque cuando cantas ríes.
¿Porqué no quedarnos mudos?, que hablen los cuerpos.
Quiero que seas mi rojo, sé arena, sé lagrimeo y brillo.
Sé primero y sé día siete; sé de tiempo indefinido.