La luz de la poesía
Un melancólico día descubrí
una nueva ventana,
por ahí entró la luz
y le dio claridad a mi alma.
Por ella he visto transcurrir mi vida,
la de mis hijos,
de mis sentimientos,
ha opacado mis tinieblas
y le ha dado alivio a mis jordanas.
Ella lleva un nombre
tan clara y pura como la alborada,
sin ella no tendría sentido la vida,
porque sin esa luz
llamada poesía,
la vida sería una aventura
sin mañanas.
La llevó conmigo,
es mi concejera sobre la almohada,
con ella me enamoro,
me alejo
y me vuelvo a ilusionar
como si nada.
A ella le entrego mis días,
mis noches
y madrugadas,
porqué la vida
sin la esencia de la poesía,
sería como una luz apagada,
que no alumbrara nada.