Esta noche mis sueños son tu piel y tus cabellos mi noche
Orlando Pichardo
Dibujar el estallido
con la yema de mis labios;
y perfilar sin agravios
tu valle ardiente y florido.
Cada trazo enardecido
divisará tus fronteras;
el vaivén de tus caderas
disipa la noche, el fuego,
pidiendo clamor y ruego
al volcán de mis hogueras.
De mis hogueras se agita
la sangre por sensaciones,
incitando a las pasiones
de tu cuerpo sibarita.
Toda tu figura incita
a fundirnos en el río
de nuestro fuego sombrío
que se enciende en la brasa…
Mientras mi aliento te abraza,
la noche, tiembla de frío.
Tiembla de frío y tirita
la boca pidiendo un beso,
la pasión sigue en progreso
mientras el alma se agita.
Toda caricia infinita
comanda nuestros sentidos;
entre recuerdos y olvidos
surge un amor de repente,
con la mirada silente
y susurros escondidos.
Y susurros escondidos
detrás de los matorrales,
son expresiones sensuales
igual que labios mordidos,
que dulcemente embebidos
se fusionan sin demora;
y la esencia embriagadora
hace su acto de presencia
derritiendo con paciencia
de forma cautivadora.
Alejandro J. Díaz Valero y Efraín de Noriega
Febrero de 2013