arturo maldonador

LÁ SÁBILA Y EL COLIBRÍ

 En el ciclo de la vida del día,

hay un tiempo que le llaman, la mañana,

aunque el hálito florece a toda hora,

era en ésta, cuando me visitaba.  


Confuso, en poner nombre al Absoluto,

y además que todos lo acepten así,

en mi propia contradicción, me encuentro,

por tanto, le busco, para explorarme.  


Si tu lo quieres, sugerídamente,

toma conciencia de un Poder Superior,

que todo lo penetra y que es vacío,

cerca, dentro de ti, no te das cuenta.  


Y en el rico intercambio de experiencias,

donde cada quien tiene su propuesta,

yo escuchaba, mi mente navegaba,

en la búsqueda del propio camino.  


Como la novia, que adorna mi vista,

una sábila, tras de la ventana,

el amor se expresa de muchas formas,

un bote de agua cae diario en sus brazos.  


Se empiezan a formar, brotes de flores,

el cogollo, amanece muy adornado,

así mi vista, te miró, esmeralda,

y el colibrí aparece y te visita.

 

Eres como un disfraz del Arquitecto,

cundió la palabra, alguien me gritaba,

"Ya llegó, está aquí, tu Poder Superior",

te encuentro mimetizado a mis ojos.  


Cada beso de la flor al colibrí,

el encuentro con  Él, cada mañana,

un regalo, durante la floración,

cada faceta del amor, su época.  


Del mismo modo, que la inflorescencia,

se marchitan las flores, salen nuevas,

corazón para ella, quien está ausente,

tornasol del colibrí, te recuerda.  


Un par de ojos de esmeralda como el mar,

la sábila, ya dejó de florecer,

está dormida, espera el nuevo ciclo.

Tu esencia permanece en el ambiente.  


Otro disfraz, a la espera sin florear,

al ver el mar, sus ojos se aparecen.

Le pido al colibrí, ¡Vuela junto a ella!

El agua de tu amor, traerá las flores.

 

Cada día, después el sol se duerma,

y en la llegada de la noche eterna,

sávila y colibrí cambiaron su disfraz,

dos estrellas, adornarán el cielo.

EL POETA DEL AMOR. 06-02-13.

CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.