Doblo su piel
sobre la tierra agria
quebró su corazón
el invierno.
Su ladrido se agrieto
durante el verano
los campos helados
y los techo quebrado.
Al norte el alar
de un sanatorio
bosquejos figuras
unos paisajes blanco
mancillado por la nada
como si jamás hubieran
sido pisado.
Al atardecer
ante la sombra
el calor se cocía en su piel
mirando aquellas
siluetas rojas
desvanecida en su tez.
Autor: Francis Mota.
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