Tratar de no recordarte nunca más, es como pedirle a la historia dejar de existir, es ordenarle a mis recuerdos borrarse de la memoria, y exigirle a la mente que se olvide de mí para siempre.
Querer alejarme de tu corazón, es tan imposible como llegar a la luna en dos pasos, como solicitarle a mi espíritu abandonar mi cuerpo y morir de tajo, o como pretender pescar en el cielo una gran nube blanca con un anzuelo.
Intentar esconder mi amor por ti, es como quererle ocultar la primavera a las flores, es afirmar que mis sentimientos no sirven para nada, e insistir que el mundo es cuadrado, y fingir que no existe Dios.
Dejar de besarte, es dejar de respirar, es cortar la comunicación entre tu alma y la mía, es tratar de detener la lluvia con la mano, es querer desvanecer la montaña de un soplido, e impedir que los sueños vuelen y tengan fantasía.
Prohibirle a mis ojos no volverte a ver, es como intentar impedir una y otra vez que la luz del sol llegue a la tierra, es vivir siempre en la oscuridad, y robarle los colores al arcoiris, es desperdiciar toda la belleza existente.
Suplicarle a mis oídos no escuchar tu voz, es como quitarle el sonido a la música, o eliminar el escandaloso trueno del rayo, es como desaparecer las ondas sonoras del eco, y decir que las palabras no expresan nada.
Si yo pudiera vaciar el mar a cubetadas, atrapar el cielo en un costal, tapar el sol con un dedo, detener el viento con mi sombra, y contener el tiempo en un suspiro. Podría intentar olvidarte, dejar de besarte, tumbarme tus caricias, quedarme sordo para no escuchar tu voz, cerrar los ojos y borrar tu imagen…, pero lo que nunca podría, es dejarte de amar.
e.g.