Cardenio

Tengo que decirte

Tengo que decirte y prometerte

Decirte de la luna amarilla y del mar,

debo decirte, quererte, guardarte en las fotos

Quiero prometerte la risa perpetua,

esa caricia en tus hombros perfectos,

ese regalo de la piel desnuda, efímera,

Quiero hablarte de los baños por la mañana,

De los cuerpos que comparten gotas, cielos, tumba,

Tengo que decirte que los días ya vienen, esos mismos,

la espalda sobre la arena, el café humeando,

las manos sobre la mesa, y la mesa recibiendo manos

enlazadas; allí esas manos vencen el segundo transcurrido,

Quiero prometerte que el amor, que los pactos, que los lazos,

que las sangres y los caminos, que los libros compartidos

No quiero hablarte amor de los sucios billetes y la radio,

de la calle, y los gritos, y los otros

No quiero decirte que el domingo anuncia la muerte,

que las manos ya no bailan y las pieles envejecieron,

quiero evitar decirte que otras mujeres y que otros hombres

No quiero hablarte de otros viajes sin ti mientras sueño,

ni decirte que tus olores ya me dejaron, ya son míos,

ya no me estremecen, ni tus hombros son perfectos,

no puedo prometerte que no te lo diré,

¿Cuándo se preguntan los amantes vendrá la miseria?

La del noticiero, la del trágico amigo, la del adiós,

la del abrazo moderado, la del protocolo, la del trabajo, la

de estas líneas que debo decirte, hoy, siempre, ayer;

Quiero decirte todo y nada, prometerte, volver a decirte,

Ya ni sé cuándo volverás, ni sé cuándo partiste.