Un día de verano,
fusionado con la eterna
primavera,
se mezclan los encantos,
del otoño y el frió del invierno,
formando una
bella, dulce y tierna,
nombrada hoy Kimera.
La madre tierra abundante
y productiva ,
elegante y forida
la eterna primavera ,
de la naturaleza hijas adoptivas ,
e incalculables bellezas referidas.
Un día de verano
cuando suena el aire
la caída de las hojas
pálidas y secas,
lo frágil de los pétalos
volando con el viento.
En el otoño,
el tapiz del piso no cubierto,
la peculiar pro esa y el intento,
bajo el cielo ,
cielo a un abierto.
La corriente,
la corriente cálida y soleada,
la caída de lo viejo,
la salida de lo nuevo,
luciendo como novia,
como novia enamorada
en año nuevo esperando
su llegada.
Lo verde y seco de los llanos,
se unen con el frio
la nostalgia que murmura,
la nieve del invierno
que perdura.
Un día de verano,
fusionado con la eterna
primavera,
se mezcla los encantos,
del otoño y el invierno
formando una
bella, dulce y tierna,
nombrada hoy Kimera.
AUTOR: IRMA PERIBAN VILLA....MEXICO