Su vida entre ramas
transcurría entre sustos
temiendo que alguien llegara
a destruirle sus frutos.
Nunca perdió la esperanza
de darle sombra al viajero
guardando recelo al hacha
compañera del leñador certero.
Oxigenaba sus alrededores
desafiando la sequía
y ofrecía sus flores
de hermosa policromía.
Así el árbol del camino
supo descubrir la clave
para vivir entre nidos
y el canto de alegres aves.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero. Derechos de Propiedad Intelectual Reservados bajo el Número 1302054547210