Víctor Callirgos

Dulcemente...

Ahora, dulcemente, embriagador perfume,

llena el espacio infinito de mi ser

tal vez en tu apacible viaje logres conocer

la raíz de mi arco iris y mis ollas de oro;

los guardé para el alba, al anochecer.

Si oro buscas, allí lo hallarás;

en la espuma juega con la bruma del mar;

y en sus alegres giros me verás sonriente

en el aire y la brisa, indeleblemente;

aspirando el etéreo y mágico aroma

que, emocionado al sentirte así,

abriré los brazos y echaré a volar.