Soñaban las mariposas
con una tímida flor,
carmines y canticos rosas
iban alrededor
del cándido néctar
de un sueño de amor.
Mi néctar es tú néctar
de amor y pasión,
en la vida, una prueba
que no se da ni se presta
pues, lisonjero el corazón,
se olvida de la razón
para amar toda la vida;
siempre unidos los dos.
Cómo decirte, amor
que llevo espinas clavadas
en mi rostro compungido,
si destila el viento del olvido
la sombra de tu corazón,
preciada rosa que acaricio
tiernamente, con pasión
y que en mi pecho cobijo
desnudando tu olor.
Tu amor es mi amor,
como el traje que me visto
ceñidamente a mi cuerpo
y entre mis manos,
tu piel que la respiro
desde el cofre de mi aliento…,
pero solamente en tus besos
encuentro labios de amor
con un cariño sincero.
Mi vida es tu vida
en alma y cuerpo…,
cual dos seres unidos
al tronco del amor
que caminan por el viento
y corre nuestro sudor
por la brisa de los sueños.
Soy el mar de tu cielo
en cada puesta de sol
que silba la brisa
de una playa sin recelo
y una ola que acaricia
el sortilegio de tu pelo,
cuando riza entre mis dedos
tus palabras sumergidas
en el eco de tus besos.
Tu mirada es mi mirada
y en tus ojos me convierto
para sentir tu nostalgia,
me duele hasta el alma
si no siento tu sufrimiento…,
pues tanto amor es el que siento
que mi vida no vale nada
si no va unida a tu sentimiento
cual rosa mística al descubierto
por el cielo de las hadas.
Y en la oscuridad de la noche
si tu presencia me falta,
se inunda de miedo mi alma
profusa de mi derroche
que estando tú, a mi cuerpo abrazada
hasta la luna descansa
mirando por la ventana
cada noche en el silencio.
Solo nuestro amor
está rompiendo los ecos
de mi vida que es tu vida,
de mis sueños que son tus sueños
y ante la marea que absorbe la luna
solo tú, amor, en mi alma y en mi cuerpo.