El amor es un insolente ventajero
que juega a las escondidas con mis sentimientos.
El amor es un ente solitario
que altera mi razón.
El amor es un guardian imaginario
que clava sus esquirlas en mi alma,
vengándose de mi por lo que el altercado de la vida
a su juicio ha heredado.
En cuestiones del amor caigo a la realidad
que solo fui un juguete del internet
para que un corazón dotado de caprichos
se jactará de la conquista y me dejará
a sus antojos en un rincón y sin condominios,
llorando lágrimas ida por ese amor
que se niega a reclutarme a su vida
y por el simple hecho de serle yo un estorbo.
Ese amor por el cual volví desde
el reino de Hades, de allí donde nunca jamás debí ir
hoy me patea a un costado
y me quiebra la costilla que Adán me heredará.
Ese mismo amor, ese solitario amor
prendado de soledad hace que todo yo
se sienta inmensamente sólo.