Pablo Rainer

Belleza irrenunciable (maldita sea)

Mi muñeca hermosa

Ojos de animé japonés

Bella por donde se le mire – me dije-

labios de cala a medio abrir

para una lengua condescendiente

llegaste en blanco y negro

el día y la noche te pertenecieron

como tuya tu vida y mi muerte

feliz fui hacia el monte de la calavera

tres caídas cruz a cuestas bien valen la pena

ya lo he dicho, la belleza es irrenunciable

 

“Por dios, sólo quiero mirarte

Todo es ceguera menos tu cuerpo en danza

veo un péndulo hipnótico, un, dos, tres

vienes y vas agazapada, pantera depredadora

curas mis heridas con tu saliva anestésica

y creo lo que veo, y veo lo que siento

paralizado, siento, veo y creo, piel que (se) sabe a miel

frente al espejo una Venus acicalándose

un chocolate en veda, sólo quiero devorarla

qué cuerpo perfecto Diego Velázquez

para mi admiración, la belleza es irrenunciable”

 

Y la muñeca se vistió de sábana blanca –diría Hahn

Cada día que pasaba se hacía más pequeña

de lo que tardaba en volver, de lo lejos que estaba

de lo poco que hablaba, salvo tres frases grabadas

tengo hambre, dame tu aliento, quiero tu casa de guarida

más el llanto de niña mimada, rutina aprendida

todas sus historias tristes, efectivo melodrama

quedaron en las rotativas de la cajita de música

moon river giraba y mis viejas lágrimas caían

mis viejas penas arribaban desde mi hígado enfermo

¿por qué no respondes mi belleza irrenunciable?

 

Al fin la encuentro y pongo mi oreja en su pecho

es sabido que las muñecas no tienen corazón

¡no respira, no late, no ama!

La desesperanza la zamarrea un poco

y se le cae un ojo y el otro queda colgando

la sonrisa se derrumba, cae un brazo, luego el otro

se queda sin abrazos y el vientre le revienta

arranca y no corre, cae como una torre

la silueta se desdibuja y su sombra desaparece

No, no puede, aunque a veces quiere

muñeca discapacitada, fantasma irrenunciable

 

Estos versos me parecen espantosos, hermosa

siempre es así al lado tuyo, belleza descartable