marino almeira

TRIBULACIÓN.

La tarde rumia serena

Los nubarrones del  día,

El mar golpea el barranco

Con su oleaje de porfía;

Lejos un perro ladra

Lamentos de despedida

De un tiempo que fue esperanza

Y ahora se hace utopía.

 

La vida se marcha triste

Del barco de la alegría,

La tierra seca recoge

Las lágrimas de la partida,

Y en una plaza desolada,

De rosas desvanecidas,

Un hombre llora tristezas

Del adiós sin despedida.

 

En un soplo la esperanza

Se perdió en la lejanía,

Ni un solo rastro dejó

De cariño o de alegría.

Todo es una triste sombra

Del amor que hubo un día,

Y que se hundió en profundidades

De egoísmos y de envidias.

 

Ya no hay amor en el alma,

Ya no se oye aquella melodía

Que alegraba las mañanas

Tan solo con el “buen día”.

Hoy todo parece tan triste,

Hoy todo es un enigma

Sobre cual será el motivo

Para la próxima despedida.

 

El horizonte se torna gris,

La casa se siente fría,

Ya no se puede hacer nada

Que mejore las expectativas

Para una vida mejor

Sin rencores, sin envidias.

Hoy todo es tristeza vaga.

Hoy todo es congoja viva.