La tarde rumia serena
Los nubarrones del día,
El mar golpea el barranco
Con su oleaje de porfía;
Lejos un perro ladra
Lamentos de despedida
De un tiempo que fue esperanza
Y ahora se hace utopía.
La vida se marcha triste
Del barco de la alegría,
La tierra seca recoge
Las lágrimas de la partida,
Y en una plaza desolada,
De rosas desvanecidas,
Un hombre llora tristezas
Del adiós sin despedida.
En un soplo la esperanza
Se perdió en la lejanía,
Ni un solo rastro dejó
De cariño o de alegría.
Todo es una triste sombra
Del amor que hubo un día,
Y que se hundió en profundidades
De egoísmos y de envidias.
Ya no hay amor en el alma,
Ya no se oye aquella melodía
Que alegraba las mañanas
Tan solo con el “buen día”.
Hoy todo parece tan triste,
Hoy todo es un enigma
Sobre cual será el motivo
Para la próxima despedida.
El horizonte se torna gris,
La casa se siente fría,
Ya no se puede hacer nada
Que mejore las expectativas
Para una vida mejor
Sin rencores, sin envidias.
Hoy todo es tristeza vaga.
Hoy todo es congoja viva.