Cayó la noche
en pedazos negros
sobre el azul
del cristal.
Cayó la noche
en diamante
negro
y fuego
en los charcos
brillantes
de la inmensidad.
Cayó la noche
en los ríos
en los lagos
en el mar
de la soledad.
Y el camino
que seguía
el peregrino
se tragó
la oscuridad.
Ay, la noche
Ay, las sombras
Ay, madre
la soledad.
Cayó la noche
en la sangre
de la humanidad.