Las guayabas están de fiesta
y harán un banquete enseguida,
por eso alegres y modestas
vistieron de blusa amarilla.
Se perfumaron de dulce olor
y sus labios de rojo pintaron
y harán una fiesta de honor
allí donde las plantaron.
Los pájaros con mucha premura
reciben su oportuna invitación
para dar sus famosas picaduras
y dejar constancia de aquel dulzor.
El campo se ha vestido de gala
por una razón muy especial,
maduraron las guayabas en sus ramas
y está de fiesta el guayabal.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero. Derechos de Propiedad Intelectual Reservados bajo el Número 1302014522448