Oh! Soledad perversa
Una desconocida voz penetra mis sentidos,
y entre el rumor ya casi familiar
de voces extrañas
y el ruido chillón de las puertas,
me atormenta la ciega soledad,
en mis eternas noches de ausencias.
Oh! Soledad perversa,
porqué me golpeas con la cruel indiferencia,
si no soy una roca inerte
en medio de un desierto,
si soy de carne y hueso y estoy despierto.