Susurro por tí, susurro por tu corazón, susurro para que se abra la flor que llevas dentro.
Susurros al oído cálida voz que va encendiendo tu deseo, palabras entrecortadas, entrelazadas, dulcemente lanzadas para hacerte sentir como en un sueño.
Sueño donde eres la princesa, la guerrera que cabalgando va deshaciendo entuertos, sentirte libre y lejos en un lugar en el que solo gobiernen los sentimientos.
Siempre susurrando, acercando los labios a tu cuello, para que puedas sentir el calor de mi aliento y escuchar palabras cortas, suaves y con mucho sentimiento.
Abrazandote por la espalda, llevandote hacia otro lugar más incierto, más peligroso, pero mucho más aventurero y secreto.
Susurros, siempre susurros, nada de palabras altas, gritos o desaciertos, cosas dichas desde el corazón y los sentimientos, dulce soplo de viento fresco entrando en tu razón y recorriendo cada centímetro de tu cuerpo.
Lindos susurros a pocos centímetros de la piel de tu nuca, haciendose valer y provocando con un ligero susurro de bellas palabras el mismo efecto que una caricia, suave, ligera, acompasada.
Alguna vez has escuchado el susurro de la brisa del mar, del lejano cantar de los pájaros de las risas lejanas de los niños, del eco de las montañas en primavera, cuando se produce el deshielo?
Acaso no son todos esos sonidos hermosos y bellos? porque los dichos con amor, ternura, sentimiento, deseo, deberían ser menos perfectos?
Susurro tus sentidos, tus oidos, tus labios entrelazados, tu lengua, el sabor salado de tu cuerpo, susurrando, siempre entre susurros, entre los dedos la vida se va pasando.
Hagámosla frente, gritemosla sin miedo, para susurrar ya habrá tiempo, pero ese tiempo debe de ser solo nuestro.