Se puede decir que el amor sí es el más grande sentimiento
pero, lo cierto, es que no lo conocía hasta que supe de ti.
A través de tu persona, él me esta hablando ahora de cosas
maravillosas, de cosas que jamás existían en la vida creí.
Cuanto tiempo pasé sin saber lo que era un sol en invierno,
una tarde de otoño o una brisa de primavera: todo, todo
es sagrado. Pareciera que un beso tuyo basta para elevarse
los pies de la tierra, sin volar, pero bailando entre nubes.
Me pregunto ¿cómo lo haces? y la respuesta es mismo amor
que sigues naciendo mientras te comprendo tan apacible,
tan enamorada que haces cada día parece de nunca acabar.
Y, mientras todavía sigo exaltado por ti, en mí abre flores
el amor por una palabra de ternura, por un silencio de dicha,
por un golpe de dolor, por una herida de pena, por vivir.
Te siento tan cerca (antes sentía nada o sentía todo afuera)
que quiero, por ese mismo amor, llorar de alegría, saltar
a cualquier vacío, lastimarme al perderte si cierro los ojos.
Me narrará, por tu presencia, maravillas de la creación
pero, por sobre todo, me mostrará que soy tuyo, y tú, mía.