Sangrantes quedaron mis manos vacías
De empuñar espinas de que viles clavaron
En mis carnes blandas sus filudas púas
Que me desangraron el alma y la vida.
Si había de verme reflejada en el lago
De mis pesadumbres nunca jamás pude
Maquillar mis penas mis angustias
Y al verme, solo vi el reflejo
De una mujer sola, de una mujer triste
Que se desespera por vencer sus miedos.
Ven, dame tu mano de artista que pinta
La paz el sosiego en cada palabra
Ven, cobíjame el alma cobíjame y luego
Disfrutemos juntos de nuevos sosiegos