Entre ensueños.
Ya ves, cuando mi corazón supo de tu canto, mi esencia comenzó a ser tuya y los ángeles hicieron sus fiestas, fue entonces como entre ensueños te hice mía y el delirio se creyó eterno en la oscuridad de la noche, al igual que nuestras rosas azules que aun están vivas.
Mientras tu alma pura conquistaba la magia de la luna yo besaba tu mejilla, acariciaba tus senos que siempre parecen estar despiertos, al igual que el desvelo hacía cómplice a las sombras durante los gemidos que nacían de nuestro amor.
Y dije, ven a esta pasión que invita un descanso en la gloria de los sueños, leamos en la ultima estrella nuestros versos, dejemos los besos que hoy parecen haber quedado en el olvido de otras amantes, y en ese punto y aparte hagamos que los nuestros superen a la envidia. Dejemos también que la pena se apague en su propia tristeza, que muera en nuestro placer, que la inocencia nazca de nuevo en nuestros escritos, pues así la luz traerá una nueva ilusión para los que no creen en el amor.
Amada mía, si supieras que hay otros que están en un permanente luto del alma, sin sospechar que están muertos, ni siquiera saben para que abren los ojos, y menos para que sirven los sonidos, desconocen el propósito de la existencia misma y como unas pálidas nubes, dicen vivir...
Tony Pichs. Poeta cubano. Copyright.