Creo que lo que más extraño es reír, al iniciar esta nueva etapa de mi vida, las risas se fueron tan distantes que ya no las encuentro y al recordarlas llega la nostalgia con ellas.
Jamás creí que fuera a pasar, pero paso. Los días sin ti son llenos de soledad y me hacen falta todas tus locuras, no sé dónde estoy viviendo, no sé qué es lo que como, o donde duermo. Ahora solo entiendo que mi mundo es diferente y espero que pase el tiempo.
Me haces mucha falta. Hay días en los que despierto y parezco muerto, camino sin caminar y jamás sonrió.
Tengo tantas cosas que contarte, tengo tantas ganas de volver a hablarte, de reír contigo, de escucharte, de sentirte. Ya es tarde.
Te busco en mi mente, observo tu fotografía, aquellos ojos resplandecientes y tus dulces labios de melancolía. Extraño todo de ti, lo que odiabas y amabas, lo que te hacia sonreír, lo que te cambiaba el carácter repentinamente, me gustas y te extraño. Ya no lo puedo soportar, este silencio me corta el habla y me obliga a callar.
Por último, quisiera que sepas, que la mejor parte de mi vida fuiste tú y aunque pasen miles de años y mis huesos no soporten más, estaré aquí esperándote aunque sea sin respirar.