A tus ojos elevo este poema,
A tu ojos color carmín,
A tus ojos que aun esperan,
El momento de llegar a ti…
A tus manos dedico estos versos,
A tus manos que me tocan con fe,
A tus manos a las que me anego,
Y en tu tacto me suelo perder…
A tu boca canto este idilio,
A tu boca manjar de majares,
A tu boca por la he vivido,
El cortejo amoroso de mis males…
A tu pecho extremo mi prosa,
A tu pecho de maternal ceñir,
A tu pecho que destroza,
Mi razón, mi cordura y sentir…
A tu cintura prodigo mis palabras,
A tu cintura, montaña locuaz,
A tu cintura que me entrelaza,
Y me desvía de mi guerra a tu paz…
A tus piernas tributo mis odas,
A tus piernas que calan de encanto,
A tu piernas que pelen cual olas,
Que son mi amor y quebranto…
A tus pies imploro mis ruegos,
A tus pies que destilan aromas,
A tus pies que son el deseo,
De mis manos a toda deshora…
Y… a tu ser entrego mi ser,
A tu ser que es todo sublime,
A tu ser, en el que perece,
Mi alma y nace lo imposible,
A tu ser que es invisible…
Y en el que fecundo mi amor sereno,
A tu ser al que no entrego nada…
Solo al que doy mi mundo entero…
A tu ser al que doy mis palabras…
Tan sencillas como este “Te quiero”