Todas las sensaciones del momento se intensificaban con cada segundo que transcurría, la música de repente fue ideal, podía sentir que sonaba muy fuerte dentro de mi, como acoplándose a los latidos de mi corazón. Mientras que sus labios y sus manos paseando libremente por mi pecho me llevaban a la vez a un nuevo éxtasis. Cada vez nos dábamos más el uno al otro... Era como si nos conociéramos de siempre, como si supiéramos exactamente qué hacer. Todo pareció una natural confabulación del entorno.