PROSA VACÍA.
Se me partió el alma cuando me encontré con el miedo, lo descubrí sin avisos, entre el “quiero” y el “puedo”, y se pegó a mi cuerpo como un viejo lamento. Se me encogió la entraña del sentimiento al descubrirlo tan dentro, el soleado día se hizo invierno y la noche, golpeó el blanco cielo que hasta entonces prendía en mi cuello, dibujándose de nuevo e iluminando a su paso, el grito de los lamentos.
Viví mil vidas en una, encontrándome con la luna cada despertar naciente, y con tu presencia ausente me bauticé entre sonatas, ausencias que fueron ingratas al ritmo de fuentes inertes, me vi palidecer con mentiras, que con su manto tapaban las olvidadas iras y emprendí el camino sólo, descubriendo entre mis mortajas, alhajas de plata y oro, que me costaron la vida y fue como perderla en busca de un mal tesoro.
Me cobijé entre los arbustos que campaban en mis malezas, mientras llenaba maletas con rencores y ardores, y al son de los juramentos, me marchité con el viento, descubriendo un nuevo “Yo” que ni recordar quiero. Oscurecí como el vino añejo y crepité como un viejo olvidándome de todo, mientras, lloraba por dentro sufriendo la vida en un día, vistiendo melancolía y recitando malos versos, llenos, de Prosa Vacía…
Autor.- Rafael Rivas.
©copyright. Todos los derechos reservados.
Prohibida la reproducción o copia total o parcial sin la autorización expresa del Autor.