y en la plaza de mi pueblo
la vida va sin prisa
caminando por el tiempo.
En la plaza de mi pueblo
unos gorriones mojados
conversan y se enamoran
bajo la lluvia de mayo.
Todo destila nostalgia
en la plaza de mi pueblo,
recuerdo aquella lluvia
que llegaba con tus besos
aquellas trenzas que estaban
húmedas de tanto invierno.
Tú y tus quince años,
yo y mis grandes sueños,
se quedaron para siempre
en la plaza de mi pueblo.
Eras tú la primavera,
un rayo de sol, un lucero,
que florecía perfecta
en la anchura de mi pecho.
Hoy me duelen tus ojos
desde el fondo del recuerdo
cuando escucho que me dicen
que en el sur...está lloviendo.