I
Fuera de foco.
La poeta
siente que
está matando
la poesía.
II
Porque el mundo
estaba fuera de foco.
No era el mundo
era yo
(la del lente dañado).
Y el mundo
estaba
fuera de foco.
III
Mis demonios.
Fueron años
de sueño;
y sin sueños
sin pájaros
sin árboles
sin cielo
la sonrisa
de un niño.
La luz.
IV
Exorcismo.
Y de pronto
el tiempo
se congela
Segundos antes
de regresar
a la vida.
El viento
arremetiendo
piel en alma.
Los ojos;
la mirada
verdadera
las manos
que se abren,
pesadilla
que termina:
inexistencia
-dentro y fuera-
la furia de
cada latido.
El foco
recobra
su presencia.
V
La última copa.
Si el fondo de esta copa
no me dice
la verdad que tanto
anduve buscando,
será hora de reconocer
de veras que las copas
no hablan
y que mi soledad
tiene de lejos,
la sinuosa forma
de una botella vacía.
VI
Fondo blanco.
El fondo
de esta copa
sólo tenía dolor,
insoportable ausencia.
VII
En rehabilitación.
Me estoy
desintoxicando
de vos.
VIII
Mañana tomaré
mis decisiones.
Cuando
la resaca
me duela
en la cabeza,
y reconozca
que ésta vez
lleva tu nombre.
IX
Vomitar un viernes
de vino y desgracias.
X
Borrachera, madrugada
arrastrando sueños
recogiendo des-venturas.
XI
Este viernes santo
-siglos después-
bebo mi entintada copa
muy sola.
Me acompañan:
la superficie y el vacío.
Me pregunto:
qué pasó contigo,
qué pasó conmigo.
XII
Tanta cepa
en sangre
en vino
en poesía,
jamás-nunca
pudo ser
en vano.
La revolución del vaso,
la barra del bar,
dos poetas,
y unos tragos.
XIII
Lejos,
uno del otro,
abrazo nuestro recuerdo,
nuestra danza
de tragi-comedias.
Abrazo nuestras penas,
y nos desconozco.
No obstante,
brindo
por la tristeza
de los poetas.
Esa tristeza
que nos hacía
tan felices.